Algunos empresarios nos quieren hacer creer que toda la culpa la tiene la crisis económica. Pero estudiando en detalle cada caso, podemos darnos cuenta que se esconde una muy mala gestión empresarial.
Desde que comenzó la paranoia colectiva con la crisis económica han cambiado las condiciones laborales en España. La increíble cantidad de gente en paro, la mayoría con gran cualificación y/o especialización ha hecho cambiar la mentalidad de los empresarios. Ahora tienen mucho más poder sobre los empleados que antes, la constante amenaza del despido y saber lo fácilmente que una persona puede ser sustituida por otra de igual o superior cualificación y por menos dinero ha generado un ambiente extraño en las empresas.
Es muy frustrante para el trabajador no tener la carga de trabajo a la cual se estaba acostumbrado hace unos meses, esto genera miedo e inquietud, sobre todo si se tiene a la espalda una familia a la cual alimentar.
Un ejemplo muy bueno son las empresas de construcción y las de instalacion telecomunicaciones. El caso en el que me voy a centrar es en una típica empresa de ingeniería que empezaba a despuntar en el mercado y cuya plantilla se ha visto reducida a menos de la cuarta parte en menos de tres meses. Este caso en concreto es una mezcla de las circunstancias económicas actuales y una muy mala gestión, mal del cual padecen muchas de las empresas que tienen problemas actualmente.
Ninguna empresa puede soportar tener una estructura directa de 1 directivo, 1 gerente y 3 responsables para la siguiente plantilla (no os lo perdáis) : 1 Jefe de obra, 3 encargados, 2 delineantes, 3 Ingenieros y 2 administrativas. Resultado de la proporción: 5/11, y el jefe de obra se puede considerar como responsable, por lo que cambiaría la proporción a 6/12.
Esto provoca que los gastos generales de esa empresa sean de risa y con la consecuencia que no se gane ninguna oferta presentada debido a los altos costes que hay que reflejar en la misma.
De risa, sí señores, pero que sepan que toda la culpa de los despidos la tiene la crisis económica y no la mala gestión empresarial. Todos queremos ser jefes y ganar mucho dinero. Lo malo es cuando se acaba ese dinero, entonces, claro, sobran los que trabajan, no los que mandan.